miércoles, 16 de abril de 2014

Paso

  Cuando voy caminando por la calle y me encuentro con una persona, por ejemplo, sin piernas, acomodada en un rincón tan sucio como su cuerpo, esperando recibir alguna limosna (ayuda efímera que no sirve para solucionar el problema, sino para maquillarlo durante un tiempo mínimo), tengo sensaciones encontradas: por un lado, siento que lo humillo, con mis posesiones materiales que tanta comodidad me dan, con mis piernas que tan bien andan; pero por otro lado, me siento humillado yo, porque recuerdo algunas personas cuyas historias conocí en algún libro, en algún programa de televisión o alguna página de Internet, que sin tener piernas, hicieron muchas más cosas que yo, y pienso “este tipo tiene más posibilidades de humillarme, más posibilidades de hacerme sentir menos, de las que yo tengo de hacerlo sentir menos a él”. Y paso, simplemente paso caminando, sin mirarlo.

domingo, 13 de abril de 2014

Escasez

  La escasez de filosofía en los colegios forma individuos simplistas y materialistas; la escasez de psicología, individuos egocéntricos y débiles; la escasez de artes, individuos insensibles e inexpresivos.
  Digo “simplistas” porque son incapaces de detenerse un momento a pensar en algo más allá de las cosas, en su esencia, y se limitan a lo que pueden ver, a lo que su percepción física les muestra, y debido a eso, también terminan siendo “materialistas”, porque creen que detrás de las apariencias y lo concreto no se oculta ninguna otra cosa. De alguna manera, viven en un mundo de carcazas.
  La psicología da muchas respuestas a cosas de ti mismo que parecían verdaderos misterios, pero en realidad son procesos muy comunes en la mayor parte de las cabezas humanas; así que, sin acceso a ella, uno termina creyendo que sus complejos o cuestiones son cosas “de otro mundo”, verdaderamente “únicas”, incomprensibles para el resto de las personas, y eso genera un notable “egocentrismo”. Y en cuanto a lo de la “debilidad”, me refiero al capricho que genera ese egocentrismo, y la incapacidad de comprender aspectos básicos de la realidad, la cual termina haciendo que las personas se sientan “víctimas” en un mundo que no los entiende o no los acepta.
  La “insensibilidad” está relacionada con el materialismo, y con el hecho de que parece no interesar el otro, lo que siente, lo que dice, lo que piensa. Por lo tanto, también está íntimamente relacionado con el egocentrismo, pero es intensificada por la ausencia de artes, ya que estas son un medio de comunicación y comprensión muy eficaz entre las personas. Pero la falta de sensibilidad no significa falta de sentimientos, aunque sí falta de expresividad, por lo que se termina siendo “inexpresivo”, ya sea por decisión propia, por suponer que a los demás no les interesa mi interior o pensar que jamás podrían comprenderlo, o por incapacidad, por miedo, por no atreverse o no saber cómo sacar eso que llevamos adentro.