domingo, 16 de septiembre de 2012

Debilidad


  Antes creía que “abrirse” a cualquiera era un gesto de debilidad; que andar mostrando las debilidades, los sueños y las ideas más profundas a cualquier persona te quitaba valor, te volvía alguien sin recovecos, alguien poco interesante… Pero ahora me doy cuenta que ser tú mismo frente a todo el mundo, hoy en día, es un gesto de valentía, fuerza y seguridad que nadie puede reprocharte.
  En este mundo de pocas palabras, de ilusiones perdidas y de imaginación nula, las personas sensibles y tiernas son las más fuertes, las que no temen enfrentarse con su suavidad y su calidez a las gélidas y férreas paredes de la sociedad.
  Mostrar hasta tus rincones más temerosos será algo que siempre te volverá un poco más susceptible, serás alguien más fácil de herir, pero para nada alguien menos valioso, al contrario. Siendo tú mismo acercas a las personas que en verdad podrían llegar a significar algo para ti.
  La mayor parte de la gente se oculta tras rostros inexpresivos, tras labios callados, tras maquillaje, peinados y ropa que jamás ha formado parte de ella, todo sólo por miedo a no encajar, a ser rechazada y a quedarse “sola”… Después de todo, por eso es que la gente se alegra tanto cuando encuentra a alguien con la que “puede ser ella misma…”

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