viernes, 21 de octubre de 2011

Si no daña a nadie, ni siquiera a ti, hazlo...

 Son las 10:30 de la mañana y estoy en mi casa, sentando en el sillón de la PC con un vaso de chocolatada a un lado (tomo un sorbo cada vez que su sabor desaparece de mi garganta por completo). Sin embargo, debería estar en el colegio. No, no he faltado a clases, me he "fugado", si se le puede decir así.
 Ayer la profesora de Química faltó a clases, y hoy teníamos horas libres, pero a los preceptores les pareció mejor que "recuperáramos" las horas de Química perdidas ayer (y en las horas de Química de ayer, nos habían puesto otra materia, EDI). Así que nos pusimos de acuerdo con casi todo el curso para irnos cuando toque el timbre, pero sólo dos además de mí salimos, y en medio del camino, esos dos regresaron... yo fui el único que se fue. Bueno, la verdad no sé, tal vez los otros se fueron unos minutos más tarde, porque era durante el recreo.
 No me fugué porque sea una gran injusticia lo que hicieron o porque tenía algo importante e impostergable que hacer, lo hice simplemente porque a veces tengo ataques de "adolescencia" y necesito romper las reglas. Me he cansado de estar en lugares en los que no quiero estar (y que no son nada productivos), me he cansado de estar con personas que no quiero estar y de hacer cosas que no quiero hacer (y tampoco son productivas), así que... he empezado a vivir, y no hoy con esta "rateada" como diría alguien que usaría esa palabra [¿?], sino desde hace ya varios días... Si no daña a nadie, ni siquiera a ti, hazlo.
 (Se terminó mi vaso de chocolatada.)
 Además, no es que me esforcé por escabullirme... simplemente fui caminando y salí por la entrada como si saliese normalmente al horario de salida. Me vieron dos profesores, un secretario y un preceptor...
 Si es que se dan cuenta de que falto en el aula, ya sabré el lunes cuál es mi sanción, si es que hay una.

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